UN DRAMA ROMÁNTICO
Mientras durante la última Madrugá, las calles de Sevilla iban llenándose de pasos procesionales, cofrades y gentío anónimo enfervorizado, yo, acomodado en mi sillón favorito, exploraba la cartelera infinita de Movistar Plus, hasta encontrar un título que llamó inmediatamente mi atención. Se trataba de Carol, un drama romántico de 2015, dirigido por Todd Haynes, y cuyo guión fue escrito a partir de la novela de Patricia Highsmith titulada Carol (The Prince of Salt). El filme trata sobre la relación sentimental entre dos mujeres neoyorkinas durante la década de los 50, Therese Belivet (Rooney Mara), una joven aspirante a fotógrafa que trabaja como dependienta en una tienda de juguetes, y otra, Carol Aird (la bella y sensual Cate Blanchett), una mujer de mediana edad, que vive una matrimonio sin calor y sin pasión.
Reconozco que la obra me atrapó desde un principio, toda ella llena de conflictos personales, vidas a contracorriente, convencionalismos sociales, golpes de teatro y, por encima de todo, ternura a raudales, amplificada por el tema principal de la banda sonora, delicioso, mágico.
VIDAS INCOMPLETAS
Desde siempre me han atraído de forma irresistible las películas en las que sus protagonistas se hallan encerrados en situaciones de cárceles vivenciales, en las que el núcleo interior de la persona no puede salir del todo a la superficie, en las que la esencia humana queda sepultada bajo toneladas de disimulo, formalismos, convenciones y otras formas de coerción social.
AQUELLAS DOS HEROÍNAS...
En esta línea, hace más de treinta años disfruté enormemente con la icónica Thelma y Louise, aquel road movie de Ridley Scott, que planteaba descarnadamente la lucha de dos heroínas contra la violencia machista, y de la que quedó grabada a fuego en mis retinas la inmortal escena final. Yo, entonces, me encontraba escribiendo un diario personal, iniciado a partir de una grave enfermedad de mi padre. Aunque los apuntes de entonces no tenían una periodicidad específica, la aparición estelar en mi vida de aquel magno filme me obligó a introducir una larga entrada, que analizaba pormenorizadamente la película, incidiendo en las causas que conducían a la hecatombe postrera. Mucho antes de que algunas feministas sobrevenidas, de charanga y pandereta, yo ya me interesaba por las vidas de quienes tuvieron la mala suerte de navegar por procelosas aguas durante toda su puñetera existencia.
VICTORIA CONTRA TODO PRONÓSTICO
En Carol, dos mujeres de edades y estratos sociales diferentes luchan denodadamente, en un microcosmos de hace siete décadas, por poner en práctica una relación claramente a contracorriente de la sociedad en la que viven. Las trabas, los obstáculos, las resistencias son múltiples y poderosas, pero, al final, el amor triunfa sobre las tinieblas.
UNA LARGA TRAVESÍA POR EL DESIERTO
Echo la vista atrás y veo que, a lo largo de casi toda la historia, la homosexualidad ha estado tolerada o incluso valorada socialmente tan solo en un puñado de culturas, tales como la antigua Mesopotamia, la antigua Grecia, la antigua Roma, algunas regiones de China (como la provincia de Fujian) o en ciertos momentos de la historia de la Europa antigua.
NO A LA REVANCHA, NO AL OLVIDO
No voy a entrar aquí en las causas de esta desgraciada situación; en las críticas a las diferentes religiones, que no solo no aceptaron la diversidad sexual, sino que fomentaron la persecución de la misma; o en la legislación que multitud de estados y sociedades llevaron a cabo para discriminar, multar, condenar, castigar y, por supuesto, ejecutar a multitud de homosexuales a través del tiempo.
No, no quiero una venganza tipo woke, no admito un revanchismo anacrónico, no deseo una guerra entre opciones sexuales diferentes. Pero no quiero olvidar, es más, pretendo recordar a los miles y miles de personas anónimas que, a lo largo de casi toda la historia (hasta hace un cuarto de hora, como quien dice) no han podido poner en práctica no solo sus deseos más primarios, sino, por encima de todo, relaciones personales y sentimentales con seres de su mismo sexo.
LA NOCHE OSCURA DEL ALMA
Pienso en tantas vidas disimuladas, en tantos armarios sin abrir, en tanto sofoco interior. Imagino tantas existencias insatisfechas, tanta falta de plenitud, tanto dolor emocional. Reflexiono sobre tantas uniones indeseadas, tantas aceptaciones forzadas, tantas vidas en contra de uno mismo.
Medito sobre tanto miedo al "qué dirán", sobre tanto miedo a que a uno lo descubran, sobre tanto miedo a que a uno lo delaten, sobre tanto miedo a que a uno lo juzguen, sobre tanto miedo a que a uno lo condenen, sobre tanto miedo, en fin, a que a uno lo lapiden, lo quemen, lo ahorquen o lo gaseen.
Y siempre, siempre, siempre, me he preguntado cómo conllevarían estos parias de la historia, estas víctimas propiciatorias de dioses y reyes, estos habitantes de las vías de servicio de la vida, repito, cómo asumirían, cómo aceptarían, cómo sobrellevarían, en suma, cómo vivirían unas existencias tan oscuras, tan claustrofóbicas, tan secretas, tan sigilosas, tan incompletas.
Para que estas reflexiones no queden en la abstracción, referiré dos casos que el historiador Javier Ruiz Astiz menciona en un artículo titulado “Vestido de diabólico deseo”: prácticas sodomíticas y justicia en Navarra durante el Antiguo Régimen", publicado en la revista Clío y Crimen, del año 2015.
El primero apunta a un hombre llamado Marco de Orta, quien la justicia civil castigó en 1526 a «que sea ahorcado de una soga a la garganta hasta que el alma le salga de las carnes y muera naturalmente y que no sea quitado de la dicha horca sin nuestra licencia».
El segundo ejemplo hace referencia a un tal Francisco Negro, quien en 1545 fue condenado también por un tribunal civil a «que sea puesto en un palo derecho con una argolla de hierro a la garganta que esté fixada en el dicho palo levantando del suelo hasta medio hastado, al cual le sea dado un garrote a la garganta hasta ser ahogado». Solo viendo estos ejemplos se da uno cuenta de lo que podía comportar ser homosexual en otras épocas en nuestro país.
COMO SIEMPRE TUVO QUE SER
Hoy, al menos en Occidente, la situación ha cambiado radicalmente y, salvo los intolerantes y los extremistas de siempre, la inmensa mayoría de la sociedad acepta con plena normalidad las diferentes opciones sexuales de cada persona. Sin ir más lejos, de los treinta y nueve países en los que, en la actualidad, es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo, diecinueve son europeos, habiendo sido España el tercer país del mundo en conseguirlo, a través de una ley que entró en vigor el 3 de julio de 2005.
VALOREMOS HABER NACIDO AHORA Y AQUÍ (OTROS NO TUVIERON TANTA SUERTE)
Actualmente, en España, es fácil estar a favor de los derechos de las personas homosexuales, entre otra serie de causas porque gran parte de ellos han sido ya conseguidos. Pero precisamente por eso, hoy es más necesario que nunca agradecer a la naturaleza, al destino o, simplemente, a la fortuna haber nacido en esta época y en este país, porque solo así sabremos valorar en su justa medida lo que tenemos, y recordar que hubo una época oscura de la historia (que terminó hace un cuarto de hora), en la que una relación como la de Therese Belivet y Carol Aird no es que casi nunca acabara con final feliz, sino que en unas ocasiones no podía ocurrir sin más, en otras se llevaba a cabo de forma clandestina y, en otras muchas, terminaba costando la vida a alguien. Creo que en algo hemos avanzado.
Muy bien transmitido Juan Cosme, echo en falta tu versión de escudriñador del futuro que tan bien has expuesto en blogs pasados, dónde crees que vamos a parar? Habrá uniones entre humanos y androides? Y con animales o plantas? Con entes abstractos? (Gran película fuera de todo circuito "El Ente" y basada en hechos reales)
ResponderEliminarAl hilo de todo esto recuerdo que hay un afamado director de cine, ya que sacas el tema, que está perseguido en USA por haberse querido con una menor, será lícito en aras de la libertad también en el futuro? A lo mejor lo da el empleo porque hay otro que se casó con su hija adoptada...
Y en qué edad ponemos el límite? O va en función de la geografía? Porque todo el mundo sabe que en el África de color negro, se madura más temprano...espero haberte proporcionado algún otro nicho para seguir disfrutando leyéndote, aunque ya sabes cuál es el tipo de cine que me gusta a mí.
P.D. ¿Qué tiene que contener una película de terror hoy en día para que se la califique con +18? ALUCINO...
Muchas gracias por tus sutiles reflexiones, también, ciertamente, a contracorriente.
EliminarPerdón, pensaba que salía mi nick al menos, imagino que sabrás que soy de Gurusu y me gusta Kiss...
ResponderEliminarMe lo imaginaba, sin duda, señor don Juan Ponce de León, descubridor de las islas Bímini.
EliminarEn las sociedades democráticas, se contempla el delito contra la libertad sexual. La libertad sexual se considera un bien a proteger por la ley, no considerándose así en regímenes dictatoriales. Siguiendo tus referencias cinematográficas, la película "Las cosas del querer" retrata al artista, Miguel de Molina, acusado de homosexualidad por la dictadura de España y que, tras ser víctima de una paliza, se exilió a Argentina e igualmente, por orden de la embajada de España, tuvo que exiliarse a México.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus atinadas reflexiones. Al hilo de Miguel de Molina, aquel represaliado por el régimen franquista, recuerdo que hace un montón de años, mis padres fueron a ver una exposición sobre el personaje en cuestión a la sala de exposiciones de la antigua cervecería El Aguila, y les gustó muchísimo. Un saludo.
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